Emilio Ruíz García, periodista
Huesca, XXV congreso internacional de periodismo, gente ilustre como Pedro Piqueras, leyenda viva del panorama periodístico nacional o Encarna Samitier, directora de 20 minutos, que fue la galardonada con el premio Porquet por su exitosa trayectoria como periodista. Se habló de drones, plataformas de stream que retransmitían las charlas en directo. ¿Alguien se imaginaba este panorama 25 años atrás?
FOTO: Adrián Sangüesa. Pedro Piqueras durante el XXV Congreso de periodismo.
En los últimos años la inteligencia artificial se ha implantado en nuestras vidas. Un ejemplo claro es el ChatGPT, el cual ha venido para quedarse en nuestras vidas. Un buen uso de él puede ayudar a los periodistas a realizar con eficacia su trabajo, pero un mal uso de él puede llevar a una controversia a niveles máximos, ya que, y en ocasiones, el contenido es muy general y poco preciso.
El objetivo de un buen periodista es ser veraz y preciso, pero una inteligencia artificial puede hacer que este trabajo veraz y objetivo se reduzca a ser un trabajo general y poco verídico, ya que este tipo de inteligencias usan datos que recopilan millones de fuentes diferentes para hacer un resumen con toda esa información.
Todo este tipo de inteligencia puede ser útil, pero no es precisa al 100%, ya que no están actualizadas porque van recopilando información según se van publicando documentos en la nube, es decir, necesitan un tiempo para actualizarse y ponerse al día, pero jamás se pondrán al día en el que vivimos, sin embargo, el periodista sí que vive en el día a día.
El periodista siempre tendrá ventaja en el sentido de la actualidad, ya que el análisis de la noticia es diario. El usuario necesita “la última hora” y sobre todo desde el nacimiento de internet y las plataformas digitales, hoy en día todos los canales de comunicación tienen su propia página web digital, donde la noticia es actualizada cada minuto según van sucediéndose los acontecimientos.
La IA cada día va a más y cada día se está perfeccionando para dar facilidad a los múltiples campos de la comunicación, un buen uso está bien, pero si no se usa con talento y calidad puede ser una trampa para los comunicadores, trabajo fácil e inmediato pero poco eficaz.
Los futuros periodistas tendrán que pelear contra este tipo de avances tecnológicos para poder desempeñar esa función como comunicadores de la mejor manera posible y lo más rápido posible para poder competir contra la tecnología o más bien conocida como inteligencia artificial.
Durante la celebración del XXV congreso internacional de periodismo que se celebra siempre en la capital oscense, pasaron multitud de comunicadores y periodistas que llevan desempeñando la profesión durante muchos años y han vivido este cambio. Hace unos años era impensable que un robot hiciera el trabajo de investigación, pero así ha sido. Una máquina puede hacer una redacción perfecta en cuestión de unos segundos y a una velocidad de vértigo. Tal vez, se puede hablar de miedo, terror, pero no, tenemos como seres humanos la necesidad de intentar competir contra estas inteligencias por el bien de nuestro futuro porque si no el periodista de a pie o el periodista de redacción desaparecerá.
La IV revolución industrial ha llegado a nuestros días, las máquinas están reemplazando a los trabajadores convencionales, y no solo en el ámbito de la comunicación, estamos hablando de que los robots están haciendo desaparecer a los trabajadores de las fábricas en cadena o la gente que trabaja en el campo. Cada día las máquinas están más perfeccionadas para hacer el trabajo de los humanos a mayor velocidad y con una precisión “casi absoluta” que las grandes empresas están utilizando para dar mayor productividad, lo cual, y como es obvio, les reportará mayores beneficios a nivel económico. Se ahorran una nómina y solo tienen que preocuparse de que la máquina/robot funcione diariamente a la perfección.
Un trabajo de calidad, exacto y preciso es lo que mantiene a los comunicadores de hoy en día al pie del cañón. La población está envejeciendo, la gente lectora del “papel” cada vez es menor porque en la actualidad y gracias al acceso libre de internet los lectores prefieren la lectura virtual, ya que, por ejemplo, muchas son gratuitas y están actualizadas y se actualizan al momento.
El periódico vive, y seguirá viviendo, pero cada vez necesita más gasto para dar una mayor calidad de contenido, ya que la vía online es más fácil, y tal vez asequible a nivel de liquidez para tanto usuarios como lectores y consumidores.