Clara Barrio, una joven licenciada en Trabajo Social en Zaragoza, forma parte del equipo de Técnicas de intervención de la ONG Médicos Del Mundo. Esta asociación internacional, humanitaria y voluntaria se dedica a promover el derecho universal a la salud de grupos marginados y vulnerables a través de la atención sanitaria, informes, testimonios y acción política y social. Con programas en España y 19 países de Asia, América, África, Oriente Medio y Europa, la misión principal de esta organización es garantizar los derechos básicos de todas las personas a la salud y a una vida digna, contando con la colaboración de profesionales y voluntarios comprometidos.
Hoy, gracias a Clara, vamos a poder conocer una realidad muy invisibilizada en nuestra sociedad: la realidad de exclusión sanitaria que viven muchas personas migrantes en Aragón.
¿Qué puedes contarnos de esta situación según lo que vives como trabajadora social especializada en este problema?
«Que, a pesar de creer que tenemos un sistema sanitario público y universal en España y, en concreto, en Aragón, esto es un error, porque sigue habiendo personas que no tienen acceso a la salud por no poder tramitar su tarjeta sanitaria y, por lo tanto, no pueden ser atendidas en los servicios públicos. Hay mucha gente que quedan fuera del sistema y no pueden tomar sus tratamientos. Tenemos perfiles de enfermos crónicos, de personas a las que se unen dificultades como la falta de acceso a una vivienda. También atendemos a mujeres en situaciones administrativas irregulares, con niños pequeños etc.»
¿Podrías decirnos qué normativas vigentes existen en la atención sanitaria a personas sin permiso de residencia en Aragón?
«Sí, en Aragón tenemos una normativa específica, pero que se basa en una normativa estatal. En 2012, se lanzó por el gobierno del PP del momento el Real decreto ley 16/2012, que fue una normativa que echó para atrás un sistema universal de salud. Esta normativa vinculó el derecho a la salud, es decir, el poder tener o no tarjeta sanitaria con la condición de asegurado, de estar dado de alta en la Seguridad Social, estar trabajando de manera legal.»
¿Qué consecuencias tuvo el Real Decreto Ley 16/2012?
«En Aragón hubo unas 15,000 tarjetas sanitarias dadas de baja, lo que significa que mucha gente quedó sin consulta, sin seguimiento médico, sin sus tratamientos, personas que tenían enfermedades crónicas pero que no podían tratarse»
¿Y cuánto tardó la situación en mejorar?
«Hasta 2018, ya que se lanzó el Real Decreto Ley 7/2018, quitó el requisito de que tenían que estar trabajando de manera legal y se establecieron otros requisitos menos estrictos, como estar empadronado un determinado tiempo, tener el documento de identidad en vigor, etcétera.»
¿Cuál es la labor que comenzaste a llevar a cabo para ayudar a las personas migrantes a poder tener una vía de acceso a la salud?
¿Con qué tipo de obstáculos os encontráis las trabajadoras sociales y las personas migrantes a la hora de buscar la solución al problema de la inaccesibilidad a la salud pública?
¿Y cómo haces para poder separar tu vida profesional con tu vida personal después de todo el tema psicológico que esto conlleva?
«Yo creo que es la experiencia, ¿no?, cuando empiezas quizás sí que no se sabe separar y te vas a casa con toda esa carga, pero pasado el tiempo lo interiorizas, ya que en el día a día ves tantos casos que tienen éxito que te hace seguir hacia adelante, y estar ahí con ellos. Pero claro, también ves casos que se atascan, a los que se unen a veces actitudes racistas y que todavía te indignan más… Poco a poco vas viendo que es una realidad y que no eres responsable de no conseguir solucionar todo aquello que te gustaría. Hay casos muy duros de menores o mujeres embarazadas, o con personas que tienen enfermedades fuertes. Hemos tenido perfiles muy vulnerables y casos que han costado. Ese proceso, desde que han entrado y han podido finalmente ser atendidos es el enfoque principal del proyecto en el que estoy implicada en relación a la exclusión sanitaria de las personas migrantes.»
¿Qué estrategias están implementando para sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de garantizar la atención a todas las personas independientemente de su situación migratoria?
«Estamos implementando varias estrategias para sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de garantizar la atención a todas las personas independientemente de su situación migratoria. Por ejemplo, formamos parte de la plataforma Salud Universal, donde trabajamos en el acceso a la salud en Aragón, y nos reunimos con diferentes entidades y servicios para mejorar las normativas en este sentido. También participamos en el Consejo de Salud de River de San Pablo, donde se realizan actividades y se lanzan propuestas para concienciar a la población sobre estos temas. Además, en Médicos del Mundo en Aragón ofrecemos formaciones a profesionales y a la población en general, y realizamos actividades en diferentes localidades, como Huesca, para llegar a un público más amplio.»
¿Cuál es el impacto de la exclusión sanitaria en la salud y el bienestar de las personas migrantes?
«En mi día a día veo constantemente que este problema no afecta solo físicamente, sino también mentalmente, porque provoca una disminución de la autoestima y la sensación de inferioridad. Además, la exclusión sanitaria puede llevar a la pérdida de dignidad y estatus, especialmente para aquellos que vienen de países con sistemas de salud precarios. La falta de acceso a servicios médicos adecuados puede tener un impacto negativo en la sociedad en general, ya que las personas migrantes también forman parte de la misma comunidad. Es fundamental que la sociedad se involucre, se informe y presione a los gobiernos para cambiar estas normativas y garantizar el acceso universal a la atención médica, ya que se trata de un derecho humano fundamental.»
¿Cómo crees que podríamos colaborar el resto de la sociedad a la mejora de la situación de las personas migrantes?
«Pidiendo mucho, diría que se debería forzar de alguna manera a que los gobiernos cambiaran estas normativas. Bueno, primero, es interesándose y conociendo esta realidad que está súper invisibilizada. Eso, y con la movilización social es lo que más cambia las cosas siempre, porque, aunque no es algo que nos afecta directamente esto también nos incumbe ya que son derechos humanos. Mucha gente tenemos nuestros propios prejuicios, pero luego conoces la realidad del migrante y te rompe los esquemas y te das cuenta de que no vienen aquí a robarnos nada, si no al revés, se quedan con lo peor. Por los testimonios y lo que la gente nos cuenta. A veces le decimos a alguien que tiene derecho algo y nos dice que no, que qué derecho va a tener, si viene de fuera. No son conscientes de que tienen eso, porque sienten que son inferiores.»
¿Cómo ves que afecta a nivel psicológico estar en situación de exclusión sanitaria?
«Pues, tenemos a muchas personas que vienen de sus países de origen, como, por ejemplo, Latinoamérica, gente que trabajaba con un nivel de abogados, de médicos, de políticos, que llegan aquí y se dan cuenta de que para la sociedad no son nada, porque hay una gran pérdida de estatus. Ves personas que te cuentan que ahí tenían su autonomía, que iba a trabajar, ganaba mi dinero y tenía su casa, pero que llegan aquí y todo lo que han trabajado y han sacrificado de nada sirve.
Y luego ya ni te cuento si vas rascando en la historia de cada persona, ya que el último de sus problemas es la salud física. Escuchas historias de personas que han vivido violencia en su país, que tienen ahí a su familia, que están aquí sin casa o que están intentando salir de una situación de prostitución.
Para ayudar a estas personas tenemos aquí una sala de atención médica en la que trabaja un médico voluntario, donde se les atiende en lo que sea necesario. Atendemos a mujeres embarazadas con servicio de ginecología, hacemos test rápidos para todo el tema de ETS, etc.
Además, también tenemos servicio de atención psicológica, talleres de formación de diferentes actividades para las personas que lo necesitan etc.»