En la actualidad se habla mucho sobre la gestación subrogada debido al debate moral y ético que supone esta práctica. Pero ¿qué es y en qué consiste? La gestación subrogada es un método de reproducción asistida caracterizado porque la mujer que gesta al bebé no será finalmente la madre de este. Una persona o personas pagan el dinero previamente acordado con la madre gestante y esta lleva a cabo un embarazo en su cuerpo para, 9 meses más tarde, dárselo a la persona o personas que le han pagado.
Vientre de una mujer embarazada / Fuente: SHUTTERSTOCK
Mientras algunos consideran que esta práctica ofrece una oportunidad para aquellos que desean formar una familia y no pueden, otros la critican argumentando que conduce a la explotación de mujeres y a la mercantilización de la vida humana. Es por esto, que en muchos países es ilegal, mientras que, en países como Canadá, Estados Unidos, Rusia, Ucrania, Reino Unido, Australia, Sudáfrica y Tailandia es legal, aunque siempre teniendo en cuenta la regulación de las leyes en cada país.
En España, sin embargo, la gestación subrogada es ilegal, tal y como dictamina la Ley de Técnicas de Reproducción Asistida, aprobada en 2006, la cual prohíbe esta práctica y establece que “cualquier contrato de gestación por sustitución es nulo de pleno derecho”.
El debate se mantiene a pie de calle y hay distintas posiciones en cuanto a este debate se refiere. Por un lado, los defensores de la gestación subrogada argumentan que esta práctica brinda una oportunidad para parejas y personas que no pueden concebir de forma natural debido a problemas de fertilidad o condiciones médicas. Alegan que la regulación adecuada garantizaría la protección de los derechos de todas las partes involucradas, incluyendo a la mujer gestante. Además, sostienen que la gestación subrogada podría ser una alternativa para parejas del mismo sexo o personas solteras que desean formar una familia.
Destaca aquí la Asociación “Son nuestros hijos”, donde su portavoz, Antonio Vila-Coro, reivindica los derechos de las parejas homoparentales a la hora de ser padres y critica duramente al Gobierno actual, explicando que “quieren acabar con sus derechos”.
Hay que resaltar que muchas de las personas que están a favor, lo hacen desde una postura en la que la mujer da su cuerpo de una manera altruista a estas parejas que no pueden concebir sus propios hijos. Su posicionamiento choca con la parte comercial del proceso, en la que se paga a una persona para obtener la vida de un ser humano.
Por otro lado, el sector que está en contra de esta acción enfatiza los posibles riesgos y abusos asociados con esta práctica. Señalan que puede haber una explotación económica y emocional de las mujeres gestantes, así como un posible mercado negro que aproveche la situación. Además, se plantea la preocupación de que la gestación subrogada pueda reforzar la idea de que los niños son productos comerciales y no sujetos de derechos. El actual Gobierno español, en concreto el sector de Unidas Podemos, se posiciona en contra de esta práctica. La más férrea es la Ministra de Igualdad, Irene Montero, quien expone que “la gestación subrogada es una forma de violencia contra las mujeres”.
Persona ofreciendo dinero por el embarazo de una mujer / Fuente: COPE
El caso de Ana Obregón ha vuelto a abrir, más si cabe, el debate de la gestación subrogada y los grupos parlamentarios han tardado poco en posicionarse. Sin embargo, este tema también transciende a las calles, donde la brecha entre defensores y críticos cada vez es mayor y se aboga por un diálogo para mejorar las condiciones de la madre gestante y también para la parte beneficiada de la acción. Aunque los críticos abogan porque está práctica continue siendo ilegal en España.
De todos modos, la gestación subrogada en España es ilegal, aunque el tema es cada vez más controversial y distópico.