El Aula Hospitalaria del Hospital Materno Infantil Universitario Miguel Servet de Zaragoza trabaja con niños hospitalizados de entre 3 a 16 años, y se encarga de dar continuidad a su desarrollo educativo y de hacer más agradable su estancia en el hospital, dándoles un apoyo emocional. Cuenta con tres profesores de Educación Infantil y Primaria, Jesús, Alicia y Esther, y, también, posee maestros encargados de desarrollar la atención domiciliaria.
Jesús Ibáñez, de 47 años, uno de los maestros del Aula Hospitalaria, nos relata cómo llegó a ser profesor aquí, su experiencia y cómo es para él trabajar con niños en un hospital.
Experiencia
¿Cuánto tiempo lleva trabajando en el aula?
Llevo 11 años trabajando en el Aula Hospitalaria, contando con este curso escolar.
¿Qué titulación tiene?
Diplomado en profesorado de F.B., es el nombre de la titulación que ha permitido el acceso a la carrera de maestro y ha posibilitado el que esté aquí en el Aula Hospitalaria.
«Veía en el profesor una figura de referencia que intentaba transmitir conocimientos que nos ayudaban a formarnos como personas.»
¿Por qué se decidió por la docencia?
Me gustaba desde pequeño. Veía en el profesor una figura de referencia que intentaba transmitir conocimientos, contenidos, que nos ayudaban a formarnos como personas, y yo creo que ese es el punto en el que poco a poco me ha ido interesando la docencia.
¿Posee alguna experiencia de docente en algún otro centro educativo?
Sí. He trabajado en distintos centros escolares impartiendo clases tanto en educación infantil, como en primaria en diferentes ciclos, en secundaria y en adultos.
¿Cómo llegó a trabajar en el Aula Hospitalaria?
En mi caso concreto fue una adaptación del puesto de trabajo, porque tengo reconocido un determinado grado de minusvalía y la adaptación que consideraron oportuna fue estar aquí. Pensaron que este era el puesto más idóneo para que pudiera desempeñar mi labor.
Jesús Ibáñez maestro
Labor en el aula
¿Cómo describirías su filosofía de enseñanza?
La conjugaría en numerosos aspectos, principalmente, la normalización del plano académico dentro del entorno hospitalario, pero también hay otros factores como el plano afectivo, y el estado anímico del niño y de la familia. Aquí el trato con las familias es continuo y es, además, diferente al que podemos considerar. Nosotros “hacemos también de profesor” para la familia, porque necesitan un apoyo. Asimismo, proporcionamos un apoyo emocional al niño, hacemos que se sienta agusto, que quiera venir cada día a la escuela, que siga participando de lo que haría en unas condiciones normales. Vamos creando un entorno en el que fuera aprendiendo y luego, que se sintiera lo mejor posible.
¿Le gusta ser docente aquí en el Aula Hospitalaria?
Sí. Estoy muy contento. La verdad que sigo todos estos años y no lo cambiaba por nada.
¿Qué le aporta trabajar aquí? ¿Qué aprende de los niños con los que trabaja?
Muchas lecciones. Porque das lecciones que ya no solo para mí, sino para todos los adultos que estamos en contacto con ellos. Lecciones de la vida, de valorar qué se puede considerar importante y aquello que no, que es lo que realmente puede importar. A veces perder el tranvía es una simpleza, y la gente se puede poner como un ogro por ello, y como eso, otros pequeños detalles que nos hacen sentir de una manera diferente o darle una importancia que no le corresponde. Pero, es la vida, las ganas de vivir, el tener experiencias positivas de la misma, el disfrutarla, el absorber todo lo que te puede ofrecer.
¿Qué es lo más importante que quiere que los niños se lleven de su experiencia contigo como profesor? ¿Qué aprendizaje?
Espero que los niños de la escuela de aquí del hospital se lleven el recuerdo positivo de decir que ha sido un intervalo, un período de su vida que ha transcurrido aquí, que siempre esperamos que sea lo más corto posible. No siempre ocurre así. Y en el que se sientan lo más satisfechos, que absorban lo positivo de haber estado aquí, del contacto con el personal de la casa, con nosotros mismos, los profesores, y con recuerdos entrañables.
El maestro actúa de psicólogo, y con los padres también, notan un apoyo para el nivel emocional.
«El maestro actúa de psicólogo, y con los padres también, notan un apoyo para el nivel emocional.»
¿Qué es lo más duro de ser profesor?
Lo más duro son determinadas situaciones que ocurren con frecuencia, son las que menos, pero claro solo con que ocurra una sola vez, ya es mucho. Pero, hay noticias, hay acontecimientos, hay hechos, que son duros. Por el diagnóstico, por la evolución de la enfermedad o por el desenlace de la misma. Y, en ocasiones, se asocia con ese trato que hemos nombrado de cara a la familia, que se van sincerando, se van desahogando, te van contando las cosas, problemas, asuntos de casa que no guardan relación ni con el plano académico de los niños, ni con la enfermedad. Porque el maestro actúa de psicólogo, y con los padres también, notan un apoyo para el nivel emocional de ellos mismos. Hay momentos que son duros, que estás mirando la hora para ver cuando te puedes ir a casa, para evadirte, por lo menos físicamente.
Organización
¿Tiene pensado hacer algún curso de formación especial en el futuro?
Pues, debería. Se necesita una formación específica, no muy larga, pero sí que se hace necesaria. Se va haciendo de forma continua, pero por iniciativa propia, en colaboración con ASPANOA y, también, con el CIFE, con el Centro de Recursos del Profesorado. Se suele hacer. Normalmente, a iniciativa propia. Ojo, tanto nosotros, como los compañeros del aula del clínico, como de los compañeros, también maestros, que imparten la asistencia educativa domiciliaria que, en este caso, este año, debido a la pandemia, tiene que ser telemáticamente. Son nuestros compañeros. Esto remite a los que hemos nombrado anteriormente, la falta de organigrama, de concreción. Digamos que somos un conjunto, pero no está especificado legislativamente, porque hay también un equipo de apoyo en Parque Goya 2, creo recordar y también se habla o se quiere incluir la escuela de Movera, pero son hilos sueltos, con algunos guardas más relación, más trato. Pero, lo que quiero decir es que una falta de organización y de estructura, pues, redunda en que luego a la hora de la formación, pues, se disperse, las características, los contenidos de la misma o a quién va dirigido.
«Se necesita una formación específica, no muy larga, pero sí que se hace necesaria. Se va haciendo de forma continua, pero por iniciativa propia.»
Entonces, ¿la organización de este aula consta de vosotros 3 que estáis trabajando aquí?
Sí. Dependemos en una instancia superior, en la Unidad de Programas Educativos, en la Dirección Provincial de Zaragoza, y dentro de esa unidad, en la Asesoría de Atención a la Diversidad. Además del Inspector Educativo al que nos corresponde, como cualquier otro centro. Sin embargo, no hay un equipo directivo, no hay un director, un secretario, etc.
¿Cada uno lleva una parte distinta del aula o todos hacéis todo en general?
Yo, en mi caso, todo el terreno, porque ya está uno acostumbrado a todo, a distintos niveles educativos, a diferentes servicios médicos, etc. He pasado por todos, porque cada uno de ellos tiene unas determinadas características a la hora de tratar con los niños, con los pacientes, según sus características, tanto de diagnóstico de la enfermedad como de intervención que se puede hacer en cada una de estas plantas del hospital.
Relaciones
¿Cómo controla las emociones? ¿Al principio le fue difícil?
Sí. El primer día, cuando conocí el hospital con las compañeras que tenía, me dejaron para el final la planta de Oncopediatría. Bueno, pues abrí la puerta y fue un escalofrío, es decir, bueno, me sentí encogido, temeroso. Al principio, sobre todo, cuando empiezas. Luego, te vas haciendo fuerte, pero no dejas de olvidar que en ocasiones es como la primera vez lo que sientes. No te acostumbras.
¿Cómo es su relación con los padres de los niños del aula? ¿Es buena?
Sí. Sobre todo conforme se alarga la estancia en el hospital, el trato es más continuo, es de más confianza, de más seguridad. Los padres son muy agradecidos. Cualquier detalle, cualquier cosa que tienes de cara a sus hijos, lo agradecen muchísimo, aparte del estado emocional en el que se puedan encontrar, y la perspectiva que tengan de los hechos. Pero, bien, no hay ningún problema.
«Los padres son muy agradecidos.»
Cuando se va a casa, ¿sigue pensando en los niños? ¿Cómo le repercute este trabajo en su vida?
Sí, sigues pensando. Procuras desconectar. Generalmente, lo consigo. Hay ocasiones, o casos, o días, que cuesta más, pero, en general, lo llevo con serenidad.
¿Qué es lo que más le gusta de trabajar en el aula? ¿Si tuviera que escoger una cosa cuál sería?
Estar con los niños. Su presencia. Frotarte las manos y decir: “Bueno, vamos a ver, ¿hoy qué hacemos, chavales?”
¿Ha habido algún niño que le haya marcado en especial?
Serían muchos, porque te llevas recuerdos a lo largo de todos estos años de muchos. Te acuerdas, te acuerdas. Afortunadamente, luego ocurre que te los encuentras en la calle, unas sorpresas, unas alegrías. “Afortunadamente”, otras veces te los encuentras en el hospital, porque vienen a revisiones o por otra circunstancia.
¿Y algún caso de alguna enfermedad que le haya llamado la atención o que no conociera y le impactara?
Desconocía y desconozco muchas, porque no es mi rama de formación. Pero, recuerdo que el primer día atendí tuberculosis y paludismo, que parece que son enfermedades como que no afectan ahora, con mascarilla de pato, que si la bata, que si los guantes, etc. Los recuerdo a esos dos primeros niños que atendí, porque me llamó la atención el diagnóstico que tenían. Hay muchos que desconozco, entonces consultas Google a ver qué es antes de subir, o preguntas en la supervisión de planta qué enfermedad es, pues, sobre todo para asegurarse si se puede entrar o no a visitarlos en la habitación y si así es el caso, en qué medidas higiénicas y sanitarias.
¿Vosotros antes de ver a cada niño os informáis de qué enfermedad tiene cada uno?
Sí. En el listado, en el parte de cada día, viene el diagnóstico, lo cual no quita que cuando subes o vas a control o a la supervisión de planta preguntas cuando tienes una duda. En unas ocasiones ya sabes qué tienes que hacer, dada la experiencia. En otros casos, no es así y, ante la duda, se pregunta, y más en este período de tiempo que estamos viviendo, donde las medidas se van extremando: mascarilla, geles, EPIS, batas, guantes, calzas, gorro, mascarillas de pato, etc.
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