El pasado 1 de abril, en Robres (Huesca) se contemplóun encuentro para la historia, tanto para el pueblo, como para el fútbol aragonés semiprofesional. En este partido, el club robresino recibió al segundo clasificado, la SD Huesca B en un duelo directo por salir campeón de la Tercera División y por consiguiente, lograr el ascenso a la 2ª RFEF.
Aquel sábado, en el campo de fútbol de ‘San Blas’ (Robres), se vivió una hazaña histórica. El CD Robres, un club de fútbol perteneciente a un pueblo de menos de 600 personas, se proclamó hace dos fines de semana campeón de la Tercera División aragonesa, tras vencer por 2-0 al filial del conjunto altoaragonés. Un equipo de la provincia de Huesca, que lleva compitiendo en dicha categoría casi una década, pero que este año se ha encontrado en una situación nunca antes vista.
Los jugadores se vieron respaldados por la afición hora y media antes del comienzo del partido en su llegada al estadio, donde se vivió una previa intensa, con imágenes para el recuerdo. Un ‘San Blas’, que acogió un partido espectacular, logró una entrada récord. Instantes antes del pitido inicial, se vieron cientos de coches aparcados alrededor del estadio, habiendo numerosos vehículos en lugares no autorizados para aparcar.
Con la afición volcada en su equipo el Robres hacia el primero, tras un claro penalti. El conjunto local no dio ninguna opción al conjunto oscense, y poco antes del descanso el colegiado anuló un gol totalmente legal de los robresinos. No obstante, esto no pasaría factura en los minutos finales, ya que se llegaría con el 1-0 al descanso del partido.
A las 18:00 comenzaría el segundo tiempo con el Huesca poniendo el balón a rodar. Los segundos 45 minutos siguieron con la misma tónica y en el 50 el Robres ponía el 2-0, después de un saque de esquina, sentenciando así el campeonato. Pese a ello, los locales no dejaron de atacar, y es que el Huesca B en los 90 minutos no hizo un solo disparo a puerta. En los instantes finales, ya se mascaba la fiesta. Y tras el pitido final la afición acabó invadiendo ‘San Blas’.
De este modo, se dio una experiencia inolvidable y difícilmente repetible en el fútbol semiprofesional de Aragón, dado que vivir este deporte de la manera que se vive en Robres es único. Cientos de personas del pueblo apoyaron sin cesar a su equipo los 95 minutos del encuentro, haciendo sentir imbatibles a los jugadores. Algo que resulta envidiable para cualquier club modesto en España que cuente con una afición detrás.
En definitiva, si era un suceso histórico ser el club con el pueblo más pequeño de toda la Tercera División en España, ahora se trata de un club leyenda. Aunque, a pesar de haber alcanzado el puesto de acceso directo, el Robres no podrá ascender a 2ª RFEF. Esto se debe a que el Club Deportivo Ebro, club con el que tiene un convenio, se encuentra en dicha categoría a 11 puntos de los puestos de la permanencia. Con lo cual probablemente descienda a la Tercera División, y por tanto, el Robres a la Regional Preferente.