Rosa Eizaguerri es una actriz de 59 años, que colabora en un grupo solidario de Zaragoza que realiza obras de teatro, en beneficio de diferentes asociaciones y ONG. Tras la pandemia, su equipo, a quien llama “familia”, ha vuelto a actuar en marzo a través de la obra “El Enfermo Imaginario” de Moliere, en la que representa al personaje de Angélica. En esta entrevista la actriz habla sobre la vuelta a los escenarios, el trasfondo de la obra y todo lo que abarcan estos grupos solidarios. 

¿Cómo definirías la vuelta a los escenarios después de una época complicada tras la pandemia?

Lo definiría como empezar otra vez. Teníamos mucha emoción y muchos nervios, y tensión, a la vez que ilusión y ganas. Lo que se siente en el escenario es siempre muy especial y se echa de menos. Sin embargo, todos coincidimos en que nos sentíamos distintos porque fue empezar otra vez de cero y algo completamente diferente. 

¿Cómo valoras los cambios que ha habido en la obra, respecto a la que representasteis hace 10 años? 

A nosotros nos supuso una obra más ligera y mucho más breve porque tiene partes muy pesadas. Era sobre todo dirigida al espectador y hacer una obra que ya habíamos representado nos dio más seguridad al conocerla. Entonces, era retomar algo que ya sabíamos, ya habíamos vivido, y ya habíamos experimentado. El reparto de los personajes fue exactamente el mismo, por lo que los teníamos interiorizados. Estábamos más seguros y más tranquilos ya que era un personaje que ya creamos en su momento, aunque era distinto por las circunstancias. Pero, en definitiva, mucho más ligero al ser más breve. 

«En la parte reivindicativa y personal me siento totalmente identificada con Angelica»

Rosa Eizaguerri

¿Has disfrutado representando el papel de Angelica? ¿Te sientes identificada con ella en algún aspecto?

Sí, en la parte reivindicativa y personal totalmente. Angélica es una mujer que no quiere seguir las tradiciones. Se rebela frente al paternalismo dictatorial de esa época, donde los padres deciden sobre sus hijas, como con quien se compromete hacia los intereses de la familia. Digamos que los matrimonios por amor no se entendían.  

¿Qué valores consideras que busca reflejar “El Enfermo Imaginario”, además del fin de entretener al espectador? 

Para eso tendríamos que meternos en la cabeza de Moliere. Moliere quería reírse precisamente de los médicos, de los pacientes, etc. Resumidamente, de toda esa historia montada por esa dependencia que existía. Era reírse a través de una burla. 

¿Cómo compaginas las horas de trabajo? ¿Resulta gratificante terminar un día tan ocupado? 

Sí, la verdad que es gratificante, sobre todo porque me encanta. Además, después de un día duro de trabajo y de estrés, llegar a los ensayos y estar junto a amigos es reunirte con ellos y hacer algo que nos gusta a todos. Por lo tanto, es gratificante e incluso relajante. Acabamos el día mucho más cansados, ya que todos tenemos un trabajo y unas obligaciones. No obstante, acabar el día así es una gozada y gratificante. 

Al margen de la obra de hoy, ¿qué destacarías del grupo que formáis todo el equipo? 

Yo destacaría muchísimo el objetivo de hacer algo bueno por la sociedad. No nos podemos olvidar que es un grupo solidario y todo lo que hacemos es con el fin de recaudar en beneficio de las distintas fundaciones. De hecho, si no tuviéramos ese objetivo final, nos costaría mucho más hacerlo porque no tenemos a nadie que nos ayude a la hora de montar y desmontar un escenario. Eso no lo ve la gente, pero es una paliza.  

¿Cómo sientes que con tu trabajo terminas ayudando a cientos de personas, aportando tu granito de arena?  

Es una satisfacción muy grande, sobre todo, por hacerlo de una forma que resulta agradable. Además, ellos me dan más a mí, que lo que doy yo a ellos al ofrecerme esta oportunidad, ya que al fin y al cabo me divierto.  

«Por pequeña que sea la ayuda, si la multiplicamos acaba siendo mucho»

Rosa Eizaguerri

¿Qué mensaje darías con el fin de que cada vez se contribuya más a estas asociaciones? 

Simplemente decir que hay mucha necesidad, por desgracia, ya que económicamente la cosa está regular. Aunque donar 1€ es poco, si mucha gente contribuye, significa mucho. De este modo, por pequeña que sea la ayuda, si la vamos multiplicando acaba siendo mucho. La cuestión es arrimar el hombro entre todos para solucionar situaciones, donde en momentos cruciales se necesita una gran cantidad de dinero.

¿Crees que cada vez es más complicado recurrir a gente que pueda contribuir? 

Sí. Cada vez es más complicado porque existe mucho recelo. La gente no se fía de que su dinero llegue donde tiene que llegar y ese es el problema. A la gente le encantaría colaborar mucho más, pero muchas veces no saben si llegará de verdad a los niños, al comedor, o donde sea. Y dudan sobre si algún intermediario se lo quedará. En nuestro caso no lo hay, pero la gente tiene recelo.