Maite Barra es la dueña del restaurante “Albarracín”, uno de los lugares más elegidos por los zaragozanos, para la degustación de la mejor cocina aragonesa. Las fiestas del Pilar es uno de los periodos en los que este local muestra un mayor ambiente gastronómico y festivo.
Llega la festividad del pilar en la capital aragonesa y, con ella, la gran demanda de manjares tradicionales, pues a todo zaragozano le gusta celebrar sus fiestas patronales con las tapas y platos típicos de su región. El ambiente festivo llena las calles más céntricas de Zaragoza, pero , ¿realmente todos los zaragozanos disfrutan de las fiestas por igual?; ¿qué se esconde detrás de todo ese ambiente festivo de comilonas y tapeo?; ¿es que nadie se pregunta qué hay de todos aquellos que se pasan las fiestas cocinando y sirviendo para los clientes?
El restaurante “Albarracín” es uno de los lugares típicos y emblemáticos para la degustación de la gastronomía aragonesa que, durante los días festivos del Pilar, abre sus puertas a nuevos menús, tapas y almuerzos regionales. Hoy tenemos la oportunidad de visitar a sus camareros para que, tanto ellos como su dueña, Maite Barra, nos expliquen cómo están transcurriendo las fiestas en un local tan solicitado por los zaragozanos y cómo se vive la festividad del Pilar desde una barra.
Según afirma Irene Noria, una de las camareras: “los días de pilares son los más duros para los camareros”. Es cierto que en fechas señaladas como las del Pilar, el restaurante amplía su plantilla de camareros llegando incluso hasta los 12 trabajadores, pero hay ocasiones en que eso no basta y el estrés por ofrecer el mejor servicio con la mejor rapidez se apodera de ellos. “Nosotros siempre intentamos ser amables y simpáticos, forma parte de nuestro trabajo, pero cuando hay tanta faena, como en estos días, es difícil no estresarse”, sostiene Noria.
La variedad de platos que se ofrecen en el “Albarracín” gustan mucho al cliente y los hay que son fijos año tras año. La gente suele acudir a comer con la familia o con una cuadrilla de amigos y uno de los platos más demandados es la paletilla de ternasco.
“En cuanto al día que se puede disfrutar de mayor ambiente sin duda alguna el 12 de octubre, pues al ser el día del Pilar las mesas están llenas de familias que, vestidas de baturras, vuelven de venerar y ofrecerle flores a nuestra patrona, por lo que el ambiente es espectacular, muy baturro, muy aragonés y muy familiar” afirma Noria.
Maite Barra, pese a ser la dueña del local, no queda libre de trabajo ni un solo día y, según afirma la misma, ha habido días durante los Pilares que ha llegado a trabajar en el restaurante durante más de 12 h. “Disfruto mucho con mi trabajo y estoy muy acostumbrada a trabajar mientras el resto de la gente se está divirtiendo. Para mí las fiestas del Pilar son la satisfacción de dar de comer a mucha gente y de promocionar la gastronomía aragonesa. Todo ello conlleva mucho trabajo, pero lo hago con mucha ilusión”.
De esta manera explica Maite Barra su día a día durante las fiestas del Pilar. Y es que para ella esto es un negocio que viene de familia, el cual le ha costado mucho mantener e incluso conseguir ampliar, por lo que lo vive y lo disfruta de la mejor manera. Además, acostumbrada ya a trabajar en días festivos solo trata de conseguir la mayor satisfacción por parte del cliente y que sus días de descanso puedan coincidir con los del resto de su familia.
El restaurante “Albarracín” amplió su local este pasado año, con una nueva sala conocida como “la parrilla”, donde se ofrece un espacio de gastro-bar, en el que a parte de lo ya mencionado se cocinan hamburguesas, bocadillos… Esta sala tiene un ambiente mucho más dinámico, juvenil y menos tradicional, pero siempre respetando la cocina regional aragonesa y la filosofía gastronómica del propio restaurante.