Desde su creación en 1977, el Club Baloncesto Peñas de Huesca ha sido el único equipo de baloncesto profesional en la historia de los altoaragoneses. Sin embargo, a pesar de ser una ciudad pequeña, también se respira baloncesto.
En Zaragoza, la ciudad vecina, los equipos de este deporte siempre han sido muy prestigiosos. Un histórico, como es el Club Baloncesto Zaragoza (CBZ) fue uno de los clubes fundadores de la ACB, la primera liga profesional del baloncesto español. Sin embargo, a día de hoy, el CBZ posee equipos en todas las categorías, llegando hasta Primera Nacional, la Primera División en Aragón.
Otro de los clubes históricos de los maños es el actual militante de la ACB, el Casademont Zaragoza, más conocido como Basket Zaragoza. Fue fundado en el año 2002 gracias a un grupo de empresarios, que, además, recuperaron el nombre de CAI Zaragoza, perteneciente antes al CBZ, que estuvo vigente durante 14 años. Consiguió su ascenso en el año 2008, para después descender esa misma temporada. Finalmente, en la temporada 2009-2010 el equipo se consolidó como campeón de LEB Oro, consiguiendo el ascenso a la máxima categoría del baloncesto español, puesto que ha logrado consolidar hasta el día de hoy.
Sin embargo, estos dos clubes son una ínfima parte de la gran cantidad de equipos inscritos en Zaragoza. Existen muchos otros que, a pesar de no haber llegado tan lejos, siempre serán recordados en la capital aragonesa.
Mirando a la ciudad vecina, los oscenses cuentan con un número menor de equipos en ligas federadas. Actualmente, en la categoría senior, el único militante restante es el Club Baloncesto Boscos Huesca, en Tercera Aragonesa. Sin embargo, echando la vista atrás a hace unos años, existía un equipo que consiguió llegar a la liga Primera Nacional, único equipo de la capital oscense junto al C.B. Boscos en alcanzarla: el Club Baloncesto Juventud Osca.
Carlos Galindo, actual entrenador del Club Baloncesto Femenino Huesca y ex entrenador del C.B. Juventud, explica cómo fue la fundación de éste en el año 2011: “Nació en dos días. Un grupo de chicos y chicas de categoría escolar querían continuar su formación, y, como su instituto no disponía de equipo de baloncesto, era una gran oportunidad. Por otro lado, había jugadores senior que no tenían cabida en otros clubes y, con ellos, sacamos dos equipos en esa categoría. En su inicio, el club contó con 4 equipos.”
Esta cifra de equipos creció considerablemente con los años, hasta llegar a 11 equipos federados en la temporada 2014/2015. El equipo, desde el año 2012, comenzó a ganar las ligas infantiles y ganó popularidad entre el resto de competidores de la categoría. Cada vez eran más las personas que querían formar parte de este proyecto ilusionante.
Galindo describe las expectativas que tuvieron al crear el club: “Todo vino bastante rápido. Los entrenadores ya habíamos trabajado juntos previamente en otro equipo y queríamos seguir con la idea de trabajo que nos había dado buenos resultados. Nuestras expectativas eran hacer un buen trabajo de formación, ya que consideramos que la base es muy importante, y, de igual manera, potenciar el baloncesto senior que estaba un poco olvidado en la ciudad. En cierto modo, el primer año ya se consiguió, ya que el equipo de Primera Autonómica quedó campeón, y el sub-21 quedó en segundo puesto en todo Aragón.”
Todos los equipos de cada categoría destacaban en sus respectivas ligas. El Club Baloncesto Juventud Osca tuvo un dominio muy considerable en las categorías cadete masculino y junior masculino. De hecho, el equipo logró ganar tres ligas sin perder ni un solo partido, dejando clara la superioridad sobre los rivales de su misma edad. Alejandro Bercero, uno de los integrantes de aquel equipo junior, relata cómo fueron aquellos años de invencibilidad: “Nosotros sabíamos cuál era nuestro objetivo todas las temporadas: ganar la liga. Al principio no existía mucha química ya que había algunos jugadores nuevos, y eso se notaba. Gracias a los entrenamientos y a la labor de nuestro capitán, congeniamos en seguida. En el equipo, teníamos tres jugadores que eran pilares fundamentales. A pesar de que, en ocasiones, había jugadores que se pasaban más tiempo en el banquillo que jugando, al final todos acabamos participando y jugando más de lo que nos esperábamos.”
Una de las claves del éxito del equipo eran los entrenamientos. Se vivían con gran intensidad y los jugadores debían esforzarse al máximo si querían competir. “Nuestro entrenador hizo hincapié en que no todos éramos buenos técnicamente, pero que nadie nos iba a ganar a correr. Con entrenamientos intensos, un gran vestuario unido y gracias a las estrategias de nuestro entrenador, hizo que, al final de la temporada, nos lleváramos el título de liga. La sensación fue increíble, no solo por el hecho de ganar el título, sino de poder compartirlo con las personas que formaban el equipo» comenta Bercero.
Además, al acabar la temporada, el club realizaba un acto donde se repartían premios para los mejores de cada categoría. Se dividían en tres secciones: mejor compañero, mayor progresión y mejor jugador. En tres ocasiones, se añadió un cuarto premio al “mejor jugador del club”, un galardón que fue muy apreciado ya que reconocía el esfuerzo del jugador. Todo el acto se celebraba en el pabellón del Club Baloncesto Juventud Osca, un lugar icónico para todos los integrantes del mismo.
“La historia del club cambió con la adquisición de una nave industrial que está a las afueras de Huesca. Era un pabellón muy antiguo, donde jugó el C.B. Peñas. El Juventud lo adquirió y lo reformó. Consiguieron unas canastas muy buenas, pintaron el suelo de verde, como los colores del equipo, y, en el centro de la pista, el escudo del club en negro. Hasta ese momento, nosotros jugábamos en pabellones escolares, por lo que tener nuestras propias instalaciones nos ilusionó muchísimo” relata Bercero.
En Huesca, no todos los equipos podían presumir de tener un pabellón propio. De hecho, el Club Baloncesto Juventud Osca fue el único equipo en hacerlo, ya que el resto de clubes solo disponían de las instalaciones que les proporcionaba el instituto o, en algunas situaciones, complejos deportivos de la propia ciudad, como es el caso del C.B. Monzón. La sensación de jugar en tu propio campo es inigualable. “La nave” se convirtió en un símbolo para todos los jugadores, entrenadores y padres que formaban parte del club. “Al tercer año de la creación del club, adquirimos una nave que funcionó como pabellón propio. Además, tenía una oficina y un pequeño bar donde podías sentarte a tomarte algo y charlar. Fue nuestra casa, lo que supuso un crecimiento muy grande a nivel de estructura para el club” explica Galindo, emocionado por todo lo que consiguió el club.
El último gran triunfo del Club Baloncesto Juventud Osca se dio en la temporada 2017/2018. Por aquel entonces, el club contaba con tan solo dos equipos senior. El resto de categorías eran una mezcla de diferentes equipos de Huesca, ya que una gran cantidad de jugadores abandonaron el club y necesitaban sacar equipos para poder financiar todos los gastos.
Esa temporada los dos equipos senior consiguieron resultados muy buenos. El equipo de Segunda Aragonesa logró plantarse en semifinales por segundo año consecutivo, cediendo contra el mismo rival de la pasada campaña, CEALMAQ, que era el rey de la categoría con 5 años consecutivos ganando el título. Por otra parte, el equipo de Primera Aragonesa se proclamaba campeón de liga tras arrollar a su rival en la final, por 102 a 62, consiguiendo el ascenso a Primera Nacional. Éste fue el tercer título de Primera Aragonesa que conseguía el equipo, pero sería el último de su historia.
Por razones económicas, el club decidió dejar sus instalaciones para poder sostenerse un año más. Desapareció el otro equipo senior, el Segunda Aragonesa, y el Juventud tan solo contaba con un equipo en sus filas. Tuvieron la necesidad de subir la cuota, ya que si no era imposible sostener económicamente al equipo. Esa temporada, el Juventud acabó en la última plaza de Primera Nacional, consiguiendo solo 4 victorias en 17 partidos. A pesar de contar con 12 jugadores, no todos acudían por razones de trabajo, haciendo mucha mella en el equipo, que fue desgastándose con el paso del tiempo hasta llegar a su fin.
Galindo repasa la trayectoria del club: “Nunca pensamos que pudiéramos llegar a conseguir tanto como cuando se empezó. No teníamos en el horizonte hacer un crecimiento tan rápido. Aun así, queda la espina de que el club, en sus últimos dos años, sufrió por una serie de motivos externos e internos, con una caída de jugadores muy grande que hizo que el equipo no pudiera sostenerse. Hubo dos claves muy importantes: una captación de otros clubes hacia nuestros jugadores, lo que nos dejó sin capital humano; y, por otra parte, el club nunca tuvo un colegio de donde poder conseguir jugadores.”
La historia del Club Baloncesto Juventud Osca ha sido relativamente corta, pero, sin duda, muy intensa. Uno de los equipos oscenses con más trayectoria en el baloncesto aragonés que quizá, en un futuro, vuelva para sacarse esas espinas.