El avance positivo en la lucha contra el cáncer

Durante el año 2020, con una pandemia global de por medio, se detallaron datos sobre mortalidad que pueden alarmar. Según recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante esa fecha en España, se registraron 112.741 defunciones respecto a diferentes tumores. No obstante, la ciencia y la investigación avanzan a tal punto que ya es casi una realidad la regla del 80-20 (mayor tanto por ciento que sobreviven). Aun con esto, es importante que las cifras se sigan reduciendo y no haya tanto temor ante el cáncer.

Tabla con datos recogidos del INE, desde 2008 a 2020, sobre el número de defunciones por cáncer en España.
Datos de defunciones por tumores en 2020 y su evolución desde 2008. Fuente: INE

Este dato anterior se refiere a todas las franjas de edad, puesto que este mal puede afectar a cualquiera. Sea el tipo que sea, es apreciable la evolución positiva de los tratamientos personalizados y cómo se especializan en la rama médica. A pesar de tener un estilo de vida saludable, esta enfermedad es una lotería, ya que le puede tocar a cualquiera.

Respecto al año pasado, se registró que los diferentes tipos de esta enfermedad alcanzaron cifras nunca antes vistas en España. Según se recoge en los datos analizados por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), se llegó a los más de 285.000 casos a lo largo del territorio nacional.

Como se presenta en una tabla más representativa -elaborada por Juan Embid Urzola-, se pueden observar las diferentes comunidades autónomas durante el año pasado. En Aragón, concretamente, se detectaron 8.700 nuevos casos y una relación de 654 cada 100.000 habitantes (AECC). En cuanto a la tipología, los más comunes fueron los colorrectales, de próstata, de mama y de pulmón.

Nunca hay que darse por vencido ante el cáncer

Como bien se comenta, existen supervivientes de este amargo y duro trance. Respecto a estos casos, se puede hablar de Amparo Arnal, alguien que fue diagnosticada con cáncer de mama y que supo encarar la enfermedad de la mejor manera posible, aunque le quedasen ciertas secuelas.

Así fue cómo vivió esos momentos la propia Amparo y relató a Jorge Fraile en su entrevista:

Por suerte lo dejó atrás, aunque el recuerdo que tiene no es el más positivo, dado que el tratamiento fue más perjudicial de lo esperado. “Me diagnosticaron un cáncer de mama”. En concreto, “un carcinoma ductal infiltrante. El más común”. A partir de ese momento, empezó otra experiencia, afrontada con entereza e ilusión por volver a la normalidad. “Tuve un proceso con una cirugía y el tratamiento conjunto de quimioterapia y radioterapia”, recuerda Arnal.

Con la pandemia de por medio, Amparo no pudo iniciar el proceso de rehabilitación de un linfedema en el brazo, secuela del anterior caso comentado. Es más, este hecho le complica en sus tareas diarias. “Ahora, el brazo lo llevo muy mal. No me puedo peinar por detrás, además que me caí y me rompí la clavícula”, señala Arnal.

Ante el cáncer, buena cara

Suena sencillo afrontar estas vivencias con una sonrisa. Pero, en ocasiones, toca seguir delante de la mejor manera posible. Y así es como lo quieren afrontar los niños que sufren esta agria experiencia. Por ello, existen varias asociaciones como Adano, ASPANOA o El Basket es vida, que quieren impulsar y desarrollar varias actividades que sean beneficiosas para los jóvenes en sus vidas.

Alberto Béjar, sonrinente y feliz, durante la celebración del evento Basket contra en Cáncer en Zaragoza (enero 2022).
Alberto Béjar durante el evento de «El Basket es vida» Basket contra el Cáncer) el pasado mes de enero. Foto: MARCOS CEBRIÁN

La labor de esta última está alcanzando bastante repercusión. A pesar de tener poca andadura (comenzó en el año 2019), para Alberto Béjar hay una aceptación y recibimiento de sus iniciativas muy destacadas, como es el evento de Basket contra el Cáncer, celebrado en 2019 y 2022, ambas ediciones en Zaragoza.

Dentro de la faceta educativa y social de esta asociación sin ánimo de lucro, se quiere potenciar la práctica del deporte para sobrellevar este proceso negativo en los jóvenes y mantener esa ilusión de desafiar al “bicho” que tiene que ser eliminado.

Como educador y profesor en su momento, Alberto quiere plasmar su metodología propia y hacer todo esto de forma personal, amén de haberse nutrido de otros expertos en pedagogía durante su formación académica.

La esperanza es lo último que se pierde

Ante una enfermedad de tal calibre, es muy relevante saber cómo actuar y que sea más personal. Por ello, es más que conveniente realizar un tratamiento por parte del paciente. Al fin y al cabo, las dolencias y reacciones a medicamentos son muy diferentes entre los enfermos. Si se sigue ese camino, se puede derrotar al cáncer y conseguir ese objetivo de satisfacción, tanto para el personal sanitario como los afectados, sus familias, etc.

En cuanto al tratamiento, así lo señala Mar Puertas, oncóloga radioterápica del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, en palabras recogidas en una entrevista de Juan Embid Urzola: “No todos los tumores se tratan igual, por ejemplo, se utiliza la radioterapia sola en fases iniciales si el paciente no es subsidiario de cirugía. Sin embargo, en estadios localmente avanzados se asocia radioterapia a quimioterapia y, según los casos, a inmunoterapia”, señala Puertas.

Mar Puertas posando en su despacho en Consultas Externas del Hospital Miguel Servet
La oncóloga Mar Puertas en su consulta de Consultas Externas del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Foto: Juan Embid

Además, el proceso que se ha de realizar para detectar cuál es el tratamiento más efectivo varía de un paciente a otro, depende de su enfermedad tumoral.

Primero, realizamos un escáner para identificar las estructuras que queremos tratar, a veces es necesario realizar una resonancia y, una vez que tenemos el tratamiento preparado, comienzan las sesiones de radioterapia semanalmente. Se realiza un seguimiento del paciente muy exhaustivo y llegamos a formar parte de la vida de esas personas”, explica Puertas.

En otro orden, se sigue el tratamiento oncológico y también “nos preocupamos por la salud mental de los pacientes y si nos necesitan se les atiende con mayor prioridad para que estén lo mejor posible en esta etapa de su vida”, afirma Puertas en esta misma entrevista.

La investigación contra el cáncer no cesa su ritmo

Como bien se comenta, la batalla -y lucha- contra el cáncer va siendo más positiva para la sociedad. Se cuentan con mejores posibilidades, medios y procedimientos desde el ámbito sanitario y genera mayor ilusión y esperanza para terminar con este mal.

Se pueden señalar varias opciones, como son la detección del cáncer de páncreas mediante un análisis de sangre, tratamientos para eliminar el cáncer con los propios leucocitos o tratar, con fármacos hormonales, el cáncer de próstata, junto a otras que se recogen en este artículo redactado por Marina Prats en Huffington Post.

De hecho, la supervivencia ante estas enfermedades tumorales está siendo positiva, tal y como se muestra en estudios recogidos, analizados y contrastados desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en un informe actual que plasma los datos alentadores de un decrecimiento de la tasa de mortalidad de esta enfermedad, tal y como se explica en un apartado de dicho informe:

“Estas tendencias reflejan las mejoras en la supervivencia de los pacientes con tumores debido a las actividades preventivas, las campañas de diagnóstico precoz, los avances terapéuticos, y, en varones, la disminución de la prevalencia del tabaquismo”.

Esperanza, ilusión, sonrisa, alegría. Estos sentimientos -y más positivos- se tienen que intentar potenciar durante este amargo y duro trance. Quizá no es fácil, pero seguro que la satisfacción por lograr vencer esta batalla significará una victorial, moral, vital, psicológica y, sobre todo, personal. El ser humano tiene que estar siempre en posición y alcanzar (en este caso, derrotar la enfermedad) la meta final por la supervivencia.

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