David Abardía (Huesca, 1982) ejerce de coordinador y entrenador de la sección Genuine en la SD Huesca, una iniciativa integradora de  responsabilidad social. LaLiga Genuine es una competición por equipos  del colectivo DI (personas con discapacidad intelectual). El club oscense es uno de los que forma parte de ella, la plantilla la integran personas involucradas de varias entidades de la provincia oscense. Sin duda, un impulso hacia la normalización del colectivo de personas que padecen esta discapacidad. Entrevistamos a David para conocer más a fondo el trabajo que conlleva.

¿Cuánto trabajo hay detrás para sacar adelante este equipo?

“Son muchas horas de trabajo, sobre todo de planificación. Por ejemplo, a la hora de elegir a los chicos es lo más duro. Aunque en realidad todas las asociaciones se quieren apuntar, igual te salen 50 usuarios por cada equipo, y el número tiene que ser muy reducido. Entonces, lo más difícil es hacer una selección. No solo consiste en escoger a los mejores jugadores de fútbol, quiero a los que vea que tienen esfuerzo, que tengan constancia. Busco características que hagan que aprovechen esta oportunidad”.

¿Cuál es el perfil más común que se encuentra entre sus futbolistas?

“En cuanto a personalidad, son personas muy motivadas e ilusionadas. En algunos veo que tienen potencial y está reducido, pequeño entre sí, para mí es principal que esa persona esté en el equipo antes que uno voluntarioso. Preferimos dar la oportunidad a los que se les vea un pequeño destello de luz, con el que puedan ser «normales», que lleven una vida con una actividad normalizada”.

¿Cuántas ganas había de volver aunque fuera a la nueva normalidad?

«Muchísimas, ellos no tienen mi número personal. Pero el resto de apoyos y cuerpo técnico me decían que les estaban abrasando con la pregunta: «¿Cuándo va a empezar?, ¿Cuándo va a empezar?, ¿Cuándo va a empezar?». El primer día que volvimos tuve que frenarlos porque todos iban a abrazarse con todos, había pasado mucho tiempo sin verse. Durante el confinamiento, todos ellos han estado literalmente encerrados en sus asociaciones. No salieron para nada, ni a dar un paseo ni nada. Hasta que no han empezado a recibir las primeras vacunas no han salido ni a tomar un refresco. Han pasado 8 meses entre cuatro paredes. En algunas asociaciones tienen jardines, pero otras donde no hay nada… Estuvieron sin salir».

¿Cómo fue el trabajo con el equipo durante el confinamiento?

“LaLiga planteaba unos ejercicios y los seguíamos. Eran un poco «chorras», lo que sí que hacíamos cada domingo era quedar por Skype y hacíamos varios grupos para que no se colapsara y se pudiese entender a todos. Me monté unos líos… Soy malísimo con las tecnologías, pero por lo menos nos veíamos. Un grupo era de 17:00 a 18:00 y el otro de 18:00 a 19:00. Hablábamos y nos preguntábamos qué tal estábamos, básicamente por estar en contacto”.

Imagino que estás al tanto de todo, ¿cómo llevan la situación las familias?

«Están al día de todo. Desde el cuerpo técnico hemos tenido que poner mucho de nuestra parte para que los familiares tengan cierta tranquilidad, porque es confiar a un hijo/familiar que va a salir, que va a estar con más gente, pero que luego va a volver a casa. Ese miedo existía, aunque ahora los de la Asociación Valentia ya están vacunados, los de Down han recibido su primera vacuna, etc. Ahora ya podemos decir que hay mucha más seguridad. Aunque desde el principio implantamos todo tipo de medidas de prevención: geles, temperatura y división por grupos. Nos comprometimos a que no hubiera contacto físico y que todo estuviera bien. Hasta el punto de dar un balón a cada jugador, para que cada uno usara el suyo. Se lo llevan a casa, lo traen al entrenamiento y lo limpian ellos mismos”.

Siguiendo con el tema familiar, ¿les gusta este tipo de iniciativas como LaLiga Genuine?

«Siempre nos dan las gracias de ser como somos, de haberles dado la oportunidad a los chicos. También por cuidarles tanto, ya sea por los encuentros que hacemos, la ropa, las instalaciones, etc. Están agradecidos por todo tipo de detalle. Eso es increíble, pues cada cosa que hacemos por los chavales tiene su esfuerzo detrás, en cada detalle hay un trabajo. Tanto por mi parte de perseguir a Javier Cruz y Juanjo Camacho, como viceversa. Además de esta hora y media, luego cada uno tiene sus trabajos, sus proyectos, sus historias. A veces es complicado y nos llena ese reconocimiento”.

Como entrenador, ¿Qué es lo que más ha aprendido con ellos? ¿Qué retos ha implicado?

«A ser natural como ellos, no se esconden de cómo son. He aprendido eso, a no tener vergüenza, a comportarme tal y como soy. Y profesionalmente, he aprendido a adaptar cosas a según las necesidades que tiene cada jugador. Si son 30 jugadores, saber cómo explicar cada ejercicio a cada uno. Me ha exigido mucho mentalmente a la hora de planificarlo y luego hacerlo. Cada uno tiene sus formas de andar, de entender, etc. Entonces hay que ir a cada uno individualizadamente y entenderlo, conocerlo. Ahora sé hasta con los gestos de la cara/ojos si lo ha entendido o no. Eso es una virtud que solo se aprende si la practicas”.

Ha saltado la noticia de que LaLiga Genuine está de vuelta, ¿conoce cómo va a ser el formato de la competición?

“En realidad no sé todavía nada. Puedo intuir que no será de forma presencial, ni inmediata. LaLiga tiene que pensar algo, eso es verdad. Pero será más para septiembre u octubre, cuando vuelva otra vez la temporada. La actual ya está prácticamente acabada, esta actividad tiene que volver poco a poco. No van a volver los encuentros como antes de la pandemia, no nos vamos a juntar los 36 equipos. Imagino que nos concentraremos cinco o seis clubes, pequeños grupos y muchas sedes para poder jugar y no formar aglomeraciones. Antes se juntaban más de 6000 personas en estos eventos, ahora mismo es inimaginable. LaLiga no se ha arriesgado este año, ni lo hará a corto plazo”.