Más allá de la pintura

Cuando vemos un cuadro, un mural o cualquier ilustración, nos paramos ante ella y la observamos. No siempre somos conscientes de que más allá de la pintura, de la intervención decorativa y estética, hay una reflexión creativa. Esta pretende trasladar unas sensaciones o sentimientos determinados a través del color, el espacio, las imágenes o el relato que exponen.

Believe in Art es una asociación aragonesa encarga de humanizar espacios, sobre todo, hospitales. Su gran mayoría de intervenciones están realizas en el Hospital Infantil de Zaragoza. Estas ilustraciones –realizas por diversos profesionales de la pintura– tienen la intención de trasmitir un mensaje. No se trata, por tanto, únicamente de una intervención decorativa, sino que, detrás de cada una de ellas, se encuentra una historia, una iconología y simbología determinadas.

De esta forma, con las intervenciones se pretende que el estado de ánimo de las personas que las puedan disfrutar mejore, algo fundamental cuando en un proceso de recuperación. Desde Believe in Art, por tanto, quieren “hacer del hospital algo más acogedor, ya que no vas de manera voluntaria”, tal y como lo explica una de sus fundadoras, Beatriz Lucea.

Así es cuando deciden intervenir un espacio en blanco y pintar esas paredes para darles color y vida. Para ello, cuentan con la ayuda de ilustradores o diseñadores gráficos profesionales, “quienes aportan prestigio y calidad al proyecto”, explica Lucea. Son muchos los proyectos en los que Believe in Art se ha puesto en contacto con diversos profesionales de la pintura. Muchos de ellos, coinciden en que están encantados en trabajar con la organización y más si es para ayudar a los más pequeños.

Ilustraciones literarias

“Me parece un proyecto extraordinario por el objetivo que persigue y una oportunidad como pocas de poder llegar con un mensaje tan bonito a niños y niñas que pasan por un trance tan delicado”, así lo explica Javier Hernández. Él es uno de los ilustradores que trabajó en una intervención en 2016 en la cuarta planta del Hospital Infantil decorando una de las habitaciones. En su caso, tuvo muy presente que –a diferencia de otros trabajos más convencionales– debía pensar que su trabajo se vería plasmado en un espacio destinado a brindar descanso y sosiego a los niños hospitalizados, sin perder de vista el objetivo de que fueran capaces de hacer un viaje imaginario desde sus paredes.

Ilutración en una habitación del Hospital Infantil de Zaragoza realizada por Javier Hernández. En ella se ve a diversos animales en un prado con una casa a lo lejos.
La idea de Hernández era «reflejar en las imágenes ese aire de fantasía pero con ingredientes cercanos y cotidianos»

Esta intervención, tal y como explica el propio ilustrador “evoca dibujos animales clásicos de tono realista y lo menos perturbadores posibles”. Se basó en el texto de Antón Castro, Un paseo a Caballo. De esta manera, Hernández quiso reflejar en las imágenes “ese aire de fantasía, pero con ingredientes cercanos y cotidianos”. Algo que hizo basándose es una paleta básica de colores –aunque reconoce “me hubiera gustado ser más sutil”–.  

No obstante, las ilustraciones no salen siempre solo de la imaginación de sus artistas, sino que, en ocasiones, como la de Hernández, se adaptan a un texto literario. Esto es lo que ocurrió con las intervenciones que Believe in Art hizo en la planta de pediatría del Hospital Infantil de Zaragoza. Eligieron a 10 escritores a los que les pidieron que escribieran un relato exprofeso para cada una de las 10 habitaciones que hay en esa planta. Luego, les pidieron que eligieran al ilustrador que daría forma física a su cuento. Así fue cómo surgió también la intervención realizada por Alberto Gamón, basada en el texto Arte efímero de Pepe Serrano.

Relato "Arte efímero" de Pepe Serrano
Relato «Arte efímero» de Pepe Serrano

Serrano buscaba hacer sonreír a los niños, quería jugar con la imaginación del lector, “enfrentarle a situaciones surrealistas, descubrirle juegos de palabras…” Para ello se valió de personajes “poco usados” en los libros e historias infantiles, como una chimenea que expulsa humo con formas diferentes y curiosas. Esto era algo que “podía dar mucho juego y que le permitía huir de “lugares comunes”. El relato gira en torno a la imagen del guardabosques, quien guarda en su cajita árbol a árbol, “da sensación de cuidado, de mimo, de cariño, de protección”, lo que le gustaría a él si se encontrase hospitalizado.

De esta forma, Serrano pretendía crear un texto que, partiendo de un hecho insólito que no se diera en la vida real, se creara un “efecto sorpresa”. Su idea de divertir, sonreír, entretener y crear un clima de bienestar buscaba que, al llegar al final del cuento, cuando el guardabosques da las buenas noches al bosque –casi en un susurro– todo quedase “en silencio, en paz y tranquilidad”.

Para que todas estas sensaciones, sentimientos e ideas llegasen al receptor, Alberto Gamón se puso manos a la obra para crear una ilustración que reflejase todo lo que el escritor ideó. A razón de saber captar la esencia del relato y ver entre líneas lo que el texto contaba: su humor, originalidad y frescura, y poder luego darle su toque personal, hay que tener claro que “un buen ilustrador tiene que ser un buen lector”, explica Gamón.

Ilustración realizada en una habitación del Hospital Infantil de Zaragoza. En ella se ve una casa construida con árboles verdes y expulsando por la chimenea diversas figuras.
Arte efímero es el relato sobre el que esta intervención se basa. Una intervención como dice su autor «amable» y «optimista»

Para realizar esta ilustración, Gamón tuvo en cuenta muchos aspectos. “Si ilustrar es contar con imágenes, los colores también dan información”. Tuvo también muy en cuenta el espacio en que se haría la ilustración, una habitación de hospital en la que estaría un niño ingresado. Por ello, quiso que las imágenes permitiesen respirar, que no acabara saturado al receptor ni se comiera el espacio. Había que tener en cuenta que los niños pueden pasar mucho tiempo ingresados, lo que les lleva a tener una rutina en el hospital que puede llegar a ser muy cargante. Debido a esto se sirvió de “imágenes sueltas, sobre el fondo blanca de la pared”, la que se encuentra en frente de las camas de los niños. Esta coincide además que es la pared donde está la televisión. Así, hizo una ilustración limpia, respetando el espacio y no saturándolo.

Una vez que llevó a cabo la ilustración –acompañado de su sobrino de seis años, quien le ayudó pintando– Gamón comenta cómo hizo esa intervención “amable” con un “mensaje limpio, optimista y sin segundas lecturas”.

Declaraciones de Alberto Gamón sobre los colores usados en la intervención
Declaraciones de Alberto Gamón sobre las imágenes usadas en la intervención

Ilustraciones optimistas

Asimismo, David Guirao, otro de los ilustradores que ha participado en varias intervenciones con Believe in Art, defiende que una de sus ideas era darle un punto de optimismo a su ilustración. “Que el niño o niña que estuviese en la habitación tuviera un momento evasivo al ver las paredes de su habitación. Que pudiese escaparse un rato de su enfermedad”. Durante su proceso de ideación de la ilustración –algo que no fue tan fácil para él– tuvo claro que quería mostrar mediante su dibujo a niños soñando o imaginando un momento alegre.

Esto fue lo que le llevó a dibujar un dragón que serpentease todo la habitación y su cabeza estuviera muy cercana al cabecero de las camas. Ese dibuja representa “la imaginación desbordada de los niños”, la misma que “tiene un significado de válvula de escape”. La decisión de dibujar un dragón y no otro animal para Guirao era clara, se debe al componente fantástico y mitológico que tiene este animal. Además, la ilustración está realiza en colores vivos y luminosos, otra de las cosas que el artista tenía muy claro, ya que los componentes de optimismo y alegría debías estar presentes en cada trazo.

Composición de imágenes que muestran la intervención realizada por David Guirao. En estas vemos a un dragón serpenteando por toda la habitación.
«Me pareció que estas intervenciones eran un buen argumento para destacar el valor que tiene nuestra sanidad, además al ser dentro de un hospital infantil, hacía que el proyecto me atrajese mucho», David Guirao

No obstante, no todas las ilustraciones tienen un el mismo mensaje que quieren transmitir. Este es el caso de David Sanz, o como él prefiere que lo llamen, Cayo. Este ilustrador trabaja de una forma más diferente que puede llegar a sorprender. “Yo suelo trabajar sin boceto, ya que tengo un estilo y una iconografía que resuelvo fácil”. Para su intervención en las escaleras del Hospital Infantil de Zaragoza –aunque ha participado en diversas intervenciones más fuera del Hospital– siguió su propia iconografía, basada en el icono del punk, el mundo del tatuaje y la cultura mejicana. Por ello, y tal y como él lo explica, tuvo que relajar la ilustración y “hacerla un poco más cómoda para que entrara y gustase en un hospital”.

De esta forma –y coincidiendo en este punto con Guirao–, trabajó como de costumbre con colores muy vivos y fuertes, ya que están ligados al “rollo mejicano”. Con su ilustración, tenía claro el mensaje que quería transmitir porque remarca, además, que “para mí, el arte tiene que transmitir algo, ya sea positivo o negativo”. En su caso, pintó un monstruo amable que quiere hacer ver “la falta de comprensión de los adultos y el estigma hacia el miedo, los monstruos interiores y los exteriores. Sacar a los monstruos y no taparlos con máscaras”. Además de esto, para hacer el dibujo más amable y festivo, siguió con la continuidad de las mariposas que había por el resto de la escalera.

Intervención realizada en las escaleras del Hospital Infantil del Zaragoza por David Sanz. Se muestra a un monstruo rodeado de mariposas y corazones
Con colores muy vivos y un «rollo mejicano», Cayo ilustró uno de sus monstruos, siguiendo la estela de las mariposas que estaban ya a lo largo de las escaleras

Este gusto por transformar los espacios y cambiar la forma en que los percibimos, vemos que se puede hacer de diversas formas y con distintos colores, sin importar el lugar donde se realice la intervención. Ya sea mediante animales que evoquen la imaginación y la alegría; animales más tradicionales que permitan al receptor evadirse de su realidad; monstruos que busquen trasladar un mensaje más complejo; el caso es que todo tiene un porqué.

Arantxa Recio, o Harsa, como ella suele firmar sus obras –sobre todo las urbanas– unas veces transforma los espacios con humor, haciendo uso de un lenguaje más metafórico o mediante un lenguaje más conceptual. Tiene también una iconografía “muy característica”, sus influencias vienen de la cultura y el arte popular, lo que se refleja en los personajes que pinta, teniendo también la naturaleza y los colores vivos muy presentes en su obra.  

Para sus proyectos se guía por diversos factores que varían dependiendo del contexto en el que se encuentre, de las personas que habitan o habitarán el lugar y, sobre todo, del uso final que se le dará. Así, en el caso de la intervención realizada con Believe in Art en una de las habitaciones de la planta de Cirugía Pediátrica del Hospital Infantil, eligió una gama cromática que estaba ya presente en el mobiliario de la habitación. “Para mí el color es muy evocador y me gusta utilizar siempre gamas cromáticas muy vivas”. Así fue como usó los colores, formas y personajes en el mural, ya que creyó que se integrarían mejor en el espacio específico de esa habitación.

De esta forma, Recio, consiguió alegrar las paredes y el espacio del hospital, un tipo de lugar que siempre le ha parecido además “muy aséptico y frío”. Tuvo en cuenta también el lugar característico, “el vacío genera muchas sensaciones interesantes, así que para mí es importante pensar en las posibilidades que ese espacio tiene a nivel creativo”.  Así, su intervención está cargada de mensajes como “Bienvenido”, “Hola Amigo” o “Sueña bonito” con los que los niños se encuentran al entrar en la habitación.

Intervención realizada por Arantxa Recio en una de las habitaciones de Cirugía Pediátrica del Hospital Infantil de Zaragoza. En ella vemos diferentes dibujos muy coloridos bajo el mensaje de "sueña bonito".
«La forma en la que trabajo cambia mucho cuando pinto sobre un muro o una pared, para mi tiene la misma importancia la idea que quiero transmitir como la forma en la que voy a hacerlo», Arantxa Recio

¿Mensaje transmitido?

Como es lógico pensar, todos los ilustradores, escritores o artistas, quieren que su mensaje se transmita y llegue al público. Tal y como dice Arantxa Recio “el arte involucra tanto a la persona que lo hace como a quienes lo observan”. Que el mensaje llegue no solo depende del dibujo, sino también de la capacidad de cada artista de comunicarse con los demás a través de su propio lenguaje, “que la gente se pare y se cuestione cosas”.

Aunque a veces pueda parecer que el trabajo que se hace es insignificante, la realidad apunta a todo lo contrario. La labor que hacen estos ilustradores de la mano de Believe in Art se ve reflejado en la felicidad de los niños. Así se lo han hecho saber en algunas ocasiones a Beatriz Lucea –cofundadora de la asociación– quien cuenta que un niño que estuvo hospitalizado en una habitación en la que había una ilustración de animales, al llegar al colegio y ser preguntado por su profesor por su estancia en el hospital, él respondió que no había estado en un hospital, sino en un circo.

Además, David Guirao, explica que hay muchos niños y padres que se han puesto en contacto con él para agradecerle su dibujo, algo que le gratifica enormemente. Asimismo, Alberto Gamón, comenta que, en su caso “el objetivo estaba cumplido cuando una doctora entró a la habitación y su primera impresión fue decir: ¡qué alegre!”. De esta forma, Guirao sostiene que “si pones toda la pasión e ilusión en un trabajo que es positivo y optimista, es más fácil que la cosa funcione bien”.

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